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6 choques culturales que sufren los panameños al viajar

Los panameños que tomamos un intercambio con Impact Latin America, incluyéndome, experimentamos cientos de momentos donde la diferencia en culturas era tan fuerte que terminaba en situaciones graciosas, penosas, molestas, de todo un poco.

Por choque cultural entendemos una situación relacionada a cualquier aspecto de la cultura de un país o territorio, la forma en que hablamos, vestimos, e incluso comemos, que nos crea un conflicto por ser completamente distinta a lo que acostumbramos.

Hablé con varios de nuestros Protagonistas Panameños y a continuación les resumo algunas de los choques que vivimos en Colombia, Guatemala, Nicaragua y Brasil:

1. Extrañar el clima y los paisajes

Los que realizamos el intercambio en medio de las montañas del centro de Colombia, experimentamos una sensación muy extraña, casi una nostalgia, cada vez que al mirar el horizonte desde un punto alto no estaba el mar. ¡Y ni hablar del cambio de temperatura y dormir hasta con guantes por el frío!

En cambio, los que fueron más al sur sufrían viendo que eran las 8 de la noche y el sol aún no se ponía, lo que atrasaba hasta la hora de salir a las fiestas.

2. “Está aquí cerquita”, la más vil mentira

Para ser habitantes de una ciudad en comparación más pequeña, los panameños no estamos para nada acostumbrados a caminar por mucho tiempo, mucho menos con el calor. En todos los países que les mencioné, cada vez que alguien decía “está aquí cerca” ya podías imaginarte llegando a tu destino hasta media hora después.

Al menos la montaña empinada es buen ejercicio para las piernas. ¿No? Al menos la montaña empinada es buen ejercicio para las piernas. ¿No?

3. La erre, el lapicero y la comida gostosa

Uno de los grandes choques del que nos comentaban en un artículo pasado es visitar un país donde se habla otro idioma, solo pregunten a cualquiera que viajó Brasil y tenía que comunicarse con señas y Google Traductor todo el tiempo. Tip para cuando visiten Brasil: una comida es muito gostosa, nunca exquisita.

Pero otra experiencia puede ser lo opuesto, cuando no logras entender a personas que hablan tu propio idioma. Desde lapicero (o esfero), fríjoles, ocupar, “hágale, bien pueda” y todas las formas de decir carrizo, pitillo, popote, en fin, a cada rato deseaba tener un diccionario panameño-colombiano-tico-mexicano…

4. Te hace falta el arroz con guandú

Al viajar los panameños se encuentran de todo: comida buffet todos los días con arroz e feijoada, comida con todo tipo de condimentos, desde picante en extremo hasta salsa de piña, agua con gas y descubrir que tu expectativa de arepas rellenas en todas partes no era tan cierta, hace que extrañes el arroz con guandú o lentejas de tu mamá.

Por cierto, cuando un mexicano les diga que algo no pica, definitivamente sí pica. Aléjense del plato. Por cierto, cuando un mexicano les diga que algo no pica, definitivamente sí pica. Aléjense del plato.

5. Sentirse millonario con pocos dólares.

En Manizales (Colombia) podía desayunar, almorzar y cenar con solo $3.80. Aunque la buena suerte que corríamos los que usamos dólares era todo lo contrario para chicos de países como Colombia y Brasil, con monedas que cada día se devalúan más. Lo bueno es que siempre alcanzaba para convidarle a los demás.

Manejar los cambios de divisas, que rondaban los cien o mil en la otra moneda, siempre menores a un dólar, es todo un estrés, pero seguro logra hacerte muy responsable con el dinero cuando quieres comprar algo poco necesario y el precio de 100 reais u 80 mil pesos te aleja de tener muchos gastos.

6. La organización.

Ahora, sé que puede ser un punto complicado, pero algo que siempre pasa con los panameños es asombrarnos con las soluciones a dilemas del día a día que tienen en otros países. Con varios de los chicos que entrevisté concluimos en que la atención a las personas con capacidades especiales en Panamá podría ser mucho mejor.

En una ciudad de Brasil, igual que en otros lugares del mundo, los buses están habilitados para personas en sillas de ruedas o con capacidades especiales, casi como un “Transformer” que va cambiando su forma para acomodarles.

El transporte, las señalizaciones, manejo de horarios, hay muchos ejemplos de las cosas que sería excelente implementar en Panamá. El transporte, las señalizaciones, manejo de horarios, hay muchos ejemplos de las cosas que sería excelente implementar en Panamá.

¿Y cuáles fueron las enseñanzas que nos dejaron estas experiencias?

Personalmente, aprendí muchísimo de las buenas costumbres colombianas; le cedo paso a otros con un “bien pueda” y cambié las sodas (o gaseosas) por jugos en cada comida. A la vez, sé que todas las personas, desde miembros de la ONG hasta taxistas, con quienes hablé de Panamá se quedarán con un pedacito de mi tierra en su memoria.

Sé que no alcancé a cubrir todo lo que llega a pasarle a un panameño al viajar, así que cuéntame, ¿qué otro choque cultural típico de los panameños conoces o has vivido?

Nunca sabrás lo que puedes aprender de otros si no sales de tu zona de confort para vivir experiencias como esta. Si quieres aventurarte tú también, solo entra a este link.