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La clave para dejar de procrastinar, ya


Antes de preguntarte cuánto te falta por tachar de tu lista de cosas por hacer, desde hace cuánto estás dando vueltas y clics a nada en específico o con cuántas personas te meterás en problemas por nunca parar de procrastinar, papás, compañeros de grupo, tus amigos… Te contaré una historia.

 

Una historia

Cada día, un banco deposita, sin hacerte ninguna pregunta o dar explicaciones, $86,400 en tu cuenta. ¿Cómo sería tu vida con 86 mil dólares más en tu bolsillo? Probablemente ya sepas en qué lo quieres gastar, cómo lo ahorrarás, pero espera, se pone más interesante.

Al final del día, sea cual sea el balance en la cuenta, el dinero es retirado y, al día siguiente, se vuelven a depositar exactamente $86,400. Gastes o no el dinero, siempre se va a mantener así. ¿Cómo llevarías tu vida entonces? Aprovecharías hasta el último centavo, claro.

Ahora te pregunto, ¿qué es lo que aún te falta por terminar de tu lista para la universidad, trabajo...? Y, más allá de ello, ¿por qué debes hacerlo? ¿Cuál es el propósito que va detrás?

Es extremadamente fácil vivir aferrados a una rutina, dedicarnos a hacer desde algo tan sencillo como vestirse por la mañana o elegir el desayuno, a decisiones complejas como escoger nuestra carrera, nuestro primer trabajo, a quienes llamamos nuestros amigos... Todo se ve reducido a un par de pasos rutinarios, apagando cualquier posibilidad para que algo extraordinario suceda.

Intercambista

¿Qué harías si tuvieras $86,400 y que con eso baste para hacer todo tipo de cosas extraordinarias?

Esta breve historia sí tiene un final, pero depende de ti elegir si es el feliz o te falta por alcanzarlo. Al final solo hay una forma de vencer a las ganas de procrastinar. 

Cada uno de nosotros tiene un banco como el de la historia, que cada día deposita en nuestra cuenta. Se llama tiempo, y cada noche se dedica a desacerce de todo lo que hiciste durante el día, haya sido bueno o no, para regalarte 86,400 segundos una vez llegue la mañana. Cómo cada segundo puede ayudar a que alcances tu meta queda ya a tu discresión.

Te invito a que repases el verdadero valor que das a tu tiempo, unido al propósito que le das a todo en tu vida. Qué tan importante es cada una de tus actividades diarias, por qué las haces, cómo te ayudan a alcanzar tus sueños; es mucho un ensayo y error, decidiendo en qué enfocarte para poder avanzar y aprovechar bien esos segundos que te quedan.

Pero se trata también de conectarte con tu propósito, tu por qué, y de ahí ser capaz de reunir los ánimos para continuar trabajando y no volver a procrastinar.

 

Y hoy, ¿qué hiciste para salir de tu rutina y lograr cosas extraordinarias? Descubre las oportunidades que AIESEC te brinda aquí.