América Latina es una región con niveles más altos de crimen y violencia en el mundo. En la última década la delincuencia se ha transformado en una de las preocupaciones más grandes del Estado y la población en general.
Fuente: www.crisolyaccion.com
Muchas veces esta problemática social se ve casi imposible de combatir, porque todas las estrategias implementadas no han tenido buenos resultados. Sin embargo a muchos países les ha faltado plantearse esta pregunta ¿Es posible reducir los índices de criminalidad mejorando la educación? La respuesta es sí
¿Pero cómo o cómo se asocia la disminución de delincuencia con tener buena educación? De hecho es bastante sencillo y lógico de entender.
El principal vínculo teórico entre el aumento de la educación y el comportamiento criminal es bastante directo: la educación aumenta las oportunidades de trabajos legítimos y sus salarios, esto permite la reducción de actividades ilegales, pues es preferible tener un trabajo remunerado a estar en la cárcel y que prácticamente toda la bolsa de trabajo se cierre para ti.
Si bien es importante la cantidad y calidad de educación, es muchísimo más importante la inclusión de la misma. Sectores de bajos recursos deben ser la principal prioridad del Estado, usualmente los pobladores de aquellos sectores no cuentan con los recursos para poder acceder a una escuela o universidad, por lo tanto se les hace más complicado conseguir un buen trabajo que les permita cubrir las necesidades básicas, y esto genera que recurran a practicar actos delincuenciales.
La delincuencia no solo se combate con policías en la calle. La herramienta más eficaz para combatirla es la educación, que es el punto de partida para el progreso, y de la transformación de la sociedad.
En AIESEC trabajamos con diversos proyectos muy alíneados a ODS número 4: Educación de Calidad, si te gustaría conocer un poco más de ellos, dale click aquí.