Antes pensaba que con sacar buenas notas en la universidad y seguir el camino que los demás veían trazado para mí lograría eso a lo que muchos aspiran, el ser un líder. Pero gracias a estos tres aprendizajes, ahora sé que el camino en realidad es otro.
Después de las experiencias que he vivido con AIESEC, descubrí cuales son los pasos necesarios para ser esa generación que podrá cambiar el estado actual del mundo y mejorarlo.
Una experiencia con AIESEC te abre los ojos y fuerza a ver todo el cambio que pueden realizar tus acciones, aunque pienses que son pequeñas.
Despierta
Muchas veces no nos damos cuenta lo que sucede fuera de nuestra propia burbuja. Al atreverme a viajar y conocer una realidad distinta a la mía, vi todo el trabajo que falta por hacer es temas como la desigualdad y la inequidad y, más importante, que los jóvenes somos responsables de lograr un cambio positivo.
Abandona la comodidad
Fuera de tu zona de confort es donde la magia sucede. Ceder y tomar el camino más fácil es tentador, pero créeme, no hay nada más satisfactorio que sentir que venciste al miedo que te mantenía cómodo. Experiencias que me hicieron fallar, conocer la derrota y aprender a levantarme fueran las que me lo demostraron.
¿Cuántas historias de éxito que comiencen con "es que no me atreví a hacer algo diferente" has escuchado?
Actúa
Porque al final las palabras por si solas no logran nada. Si no es ahora, ¿cuando? Si no eres tú, ¿quién? Ser un protagonista significa que no esperarás a que las cosas sucedan, sino que tendrás el valor de actuar. Enfrenta el reto de ser el líder cuyas acciones crearán un impacto.
Si algo aprendí en AIESEC es que todos los días tienes una oportunidad de cambiar al mundo.