Una de las razones por las que decidí tomar una experiencia internacional dependía mayormente de la idea de sentir la libertad, independencia que al parecer creía que se cumpliría al vivir sola. Me emocionaba la idea de poder llegar a la hora que quisiera, despertarme cuando mi cuerpo lo necesitara o simplemente tener las cosas ordenadas a mi antojo.
Cuando llegué a ese lugar desconocido que solo había visto en fotos y que mis amigos me habían recomendado solo pude estar segura que no sería como casa, que ahora tendría que vivir con tres desconocidas en donde nuestro idioma de conexión no sería el mismo que hablo en casa. Me aterró la idea aun así seguí adelante con mi nueva aventura, decidí que les daría una oportunidad a mis nuevas roomies y a la nueva vida en la que me estaba metiendo.
De algo estoy segura después de una semana fuera de casa, extraño la comida de mamá, pero sobre todo extraño compartir risas cuando la mesa está lista y todos nos sentábamos a contar sobre nuestro día. Sin embargo, aprendí que escuchar y ser escuchado es la clave de la convivencia. Que confiar en alguien no debe tardar años, sino que puede empezar en horas.
En fin, estar lejos de casa hace que valores de lo que siempre creíste estar harto. Ahora he aprendido nuevas recetas llamando a mi mamá preguntándole como hace ese delicioso platillo que me prepara desde niña cada cumpleaños.
Mi primera semana fuera de casa ha sido lo más catastrófico y divertido al mismo tiempo. Hacer lista de compras para el supermercado, que siempre al final se deben ajustar a mi presupuesto semanal. Recordar que todo en tu país es mucho más barato y más sabroso por supuesto, pero aun así te acoplas a lo que tienes y lo vives feliz porque la primera semana fuera de casa no se volverá a repetir. Esa semana en donde te diste cuenta de lo capaz que eras de vivir lejos de casa.
Si también es tu primera semana lejos de casa o llevas algún tiempo fuera de ella, te felicito porque no es nada fácil hasta el punto en donde crees que te darás por vencido. Recuerda que hubo un motivo por el que decidiste independizarte y aférrate a él hasta que te des cuenta que estar fuera de casa ha sido la mejor decisión que has tomado en los últimos meses.